martes, 31 de mayo de 2016

Las 100 de las 500s

100 es un número mítico para los seres humanos. Todos aspiramos vivir hasta los 100 años, pero sólo los super hombres (y mujeres) lo logran. En cambio, para la historia, ese bendito número parece ser sinónimo de vivacidad, renovación y longevidad. Este domingo se celebró la carrera # 100 de la carrera (vale la redundancia en casos excepcionales como este) más famosa del mundo: Las 500 millas de Indianápolis. Y el siglo le sienta bien.

Desde el amanecer del domingo familias enteras colman el Indianapolis
Motor Speedway (Foto: Doug Mathews).

La sexta fecha de la Indycar Series, la competencia automovilística más importante de los Estados Unidos, quizá después de la Nascar Series, nos llevaba al mítico Indianapolis Motor Speedway en Indianápolis, Estado de Indiana. Ubicado al noreste de los Estados Unidos y en pleno centro del famoso Corn Belt (cinturón del maíz), Indiana es el 19° estado del país del norte. En sus vastas y fértiles llanuras se cultiva el maíz y la soja, aunque se respira etanol y el ritmo cardíaco se mide en revoluciones por minuto. Cada último domingo del mes de mayo los habitantes de Indiana dejan sus cultivos al cuidado exclusivo de los espantapájaros y en hordas familiares, desde 1911, abarrotan el óvalo de 2.5 millas (unos 4 km.) más famoso del mundo (interrumpido en 5 ocasiones debido a las Guerras Mundiales).

La mítica familia Hulman es la encargada de hacer encender los motores a
los competidores ( Foto: Chris Jones).
Después de muchos años la prohibición de transmitir la carrera en vivo en el Estado de Indiana se había levantado semanas atrás debido a que las 350 mil localidades se habían agotado. 28° C. 33 coches. 200 vueltas. Todo estaba listo para que la familia Hulman vociferara el famoso: "Ladies and gentlemen, start your engines" ("Damas y caballeros, enciendan sus motores", antiguamente sólo era "Caballeros enciendan sus motores, pero desde la participación en 1977 de la primera mujer, Janet Guthrie, a partir de 1978, se instala la nueva célebre frase). Otro histórico, A.J. Foyt, el más ganador en esta prueba junto a Al Unser con cuatro victorias, flameaba la bandera verde para la simbólica partida.

Partida en la edición # 100 de las 500 Millas más famosas (Foto: Jim Haines).
A diferencia de la Fórmula 1 y la mayoría de competencias europeas, en Estados Unidos suelen tener partidas lanzadas, lo que le quita un poco de emoción, pero le da espectacularidad al inicio de la competencia. La pole la había logrado el canadiense James Hinchcliffe, pero en este tipo de carreras, eso sólo es una curiosidad, aunque ubicarse en las primeras posiciones siempre es importante en estos óvalos con tan alta velocidad debido a que los coches que van en los grupos posteriores, cuando entran a las curvas tienen que "timonear" mucho el coche por los vientos cruzados que expulsa cada monoplaza. Otro detalle importante en las carreras en óvalos y con velocidades tan altas (de hasta 380 kph) es la "succión", esto se produce al pegarse a la estela de un auto y aprovechar el vacío que se forma detrás para poder rebasarlo.

James Hinchcliffe (arriba) fue líder durante el principio de la prueba
(Foto: Bret Kelley).
Partida sin inconvenientes y en el primer cuarto de carrera la punta se la turnan Hinchcliffe y Ryan Hunter-Reay. Cerca venían otros favoritos como Helio Castroneves, Tony Kanaan, Townsend Bell, Carlos Muñoz y Simon Pagenaud. Recién en la vuleta 48 aparece la primera bandera amarilla y los pilotos entran a pits por segunda ocasión para cambiar llantas y reabastecer combustible. El segundo cuarto de carrera nos trae a Bell y Castroneves entre los puestos protagonistas, mientras Juan Pablo Montoya visita el paredón y se retira de la competencia.

Al igual que Montoya, otros tres ex Fórmula 1, que pasaron por la máxima categoría sin pena ni gloria, buscan redimirse como pilotos en la Catedral del Automovilismo Mundial. Ellos son Takuma Sato, Max Chilton y Alexander Rossi, el último de ellos más que redención, encontraría la gloria al final.

La vuelta 117 sería vital para el curso de la competencia. Tras un abandono y la salida de la bandera amarilla, los monoplazas ingresan a los boxes. Tras repostar, el mecánico que le da la orden de salida a Townsend Bell no ve llegar a Castroneves y Bell se golpea con el otro que salía, Hunter-Reay, los dos últimos pierden toda chance a pesar de que iban pelando por el triunfo durante toda la carrera. El liderato empezaron a turnárselo Alex Tagliani, Rossi, Castroneves y Kanaan hasta la vuelta 160.

El error en el pit de Townsend Bell condicionó el devenir de la competencia
(Foto: Jim Haines).

Alexander Rossi celebra con su equipo. Detrás el trofeo Borg Warner
(Foto: Chris Owens).
En la 163 Sato pierde el control de su coche y toca la pared. Bandera amarilla y entrada a pits para la mayoría de competidores entre la 164 y la 167. La interrogante de todos los espectadores era si alcanzaría el combustible hasta el final. Se relanza la competencia y Kanaan lidera junto a Josef Newgarden. A la expectativa se encuentra el colombiano Muñoz. Pero el combustible no le alcanzaría a Kanaan y entra a pits a 9 vueltas del final. Newgarden hereda la punta y batalla metro a metro con Muñoz, pero también entrarían por combustible en la 196 y 197 respectivamente. Alexander Rossi quedaba en punta, pero comenzaba a andar despacio en las dos últimas vueltas para ahorrar combustible, mientras que Muñoz y el francés Sebastien Bourdais aceleraban a fondo para darle alcance, para suerte del ex Manor Marussia, eso nunca sucedió.


El estadounidense menos favorito hizo historia el domingo en la edición # 100 de la emblemática 500 Millas de Indianápolis. Con esto se ubica sexto en el campeonato que sigue liderando Simon Pagenaud. El originario de California en su año debut en la categoría (el anterior debutante en ganar fue Helio Castroneves en el 2001) se embolsó 2.5 millones de dólares y tuvo la feliz misión de saborear el mítico (y no menos curioso) tarro de leche. Que sacrificio.

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